CONSERVAS DARDO
La historia de “Conservas Dardo” se remonta al 1969, año en el que se pone en marcha una empresa familiar con el objetivo de ofrecer a sus clientes la magia de los sabores del mar.
Por aquel entonces, sus fundadores, Lola y Antonio, se dedican al sector primario (pesca, extracción de marisco…) y deciden dar un paso más allá para poner en valor su trabajo, tanto económica como socialmente, dado que en esa época no tiene el reconocimiento que merece. De esta forma, compran una antigua nave de salazón y conserva en desuso situada en el corazón de A Illa de Arousa y, al adquirirla, se comprometen con el vendedor a mantener la marca “Conservas Dardo” tal y como la seguimos conociendo a día de hoy.
Lola y Antonio emprenden su trabajo en un entorno familiar revalorizando mariscos y pescados con la ayuda de sus hijos. En sus comienzos, operaban, principalmente, con mejillón, berberecho, sardina y sardinilla, pero fueron años más tarde cuando el negocio empezó a prosperar de manera brillante y las exigencias del mercado y clientes, hacen que se metan de lleno en la comercialización de túnidos. El volumen de trabajo crece y la empresa compra una nueva nave en 1995 en el lugar de Caleiro (Vilanova de Arousa) donde actualmente se centraliza toda la producción y almacenaje.
Dolores Otero Iglesias forma parte de la tercera generación de esta familia. Se incorpora a las bases de la empresa en el año 1989 y desde el 2000 es la gerente de la firma conservera que, actualmente, cuenta con 100 empleados.
“Conservas Dardo” apuesta por la excelencia de los productos de nuestras rías gallegas. Su compromiso con el cliente implica trabajar día tras día en buscar la mayor calidad en su producto final a precios competitivos en el mercado y, para ello, aúna técnica y tradición, incorporando los últimos adelantos que ofrece el mercado tecnológico para completar la parte artesanal con la mayor eficiencia.
Actualmente, la empresa comercializa sus productos bajo el nombre de tres marcas distintas. La primera “Conservas Dardo”, la segunda “Ovidio”, creada para homenajear a una persona muy especial de la familia, en la cual se envasan los mejillones más chiquitines de las rías, otros mariscos y túnidos, y la tercera “El legado de Lola”. Esta última marca Premium, se lanza en el 2019 para celebrar el 50 aniversario de la empresa en homenaje a su fundadora y a todas esas mujeres vinculadas al mar que en la década de los 60 y 70 contribuyeron de manera esencial al desarrollo de las conserveras.
El mercado nacional es el principal nicho de negocio de “Conservas Dardo”, aunque su producto llega a países como Suecia, Andorra o Portugal a través de pequeñas y medianas distribuidoras.
La tradición y la calidad son y seguirán siendo la seña de identidad de una empresa que trabaja con visión futurista para seguir fidelizando a las nuevas generaciones.