Hacer referencia a Conservas Roma S.L., es hablar de una de las pocas conserveras en Galicia que todavía mantienen la elaboración de sus productos de forma artesanal. Sin duda, este es el valor más representativo de una empresa que se fundó en el año 1957 por Antonio Roma Vidal, abuelo de los actuales administradores. Inició su andadura en Bouzas (Vigo) en una fábrica de salazón antes de poner en marcha la conservera en Caleiro (Vilanova de Arousa) donde, en la actualidad, sigue elaborando conservas de pescados y mariscos. Después de pasar por las manos de varios miembros de la misma familia, la gerencia recae ahora sobre Francisco Javier Roma Loureiro y María del Carmen Roma Pérez.
Su única marca, “A Churrusquiña”, es sobradamente reconocida por el consumidor en nuestra comunidad y fuera de ella, aunque la mayor parte de la producción se queda aquí, siendo las cadenas de alimentación “Eroski” y “El Corte Inglés” algunos de los principales clientes. Junto a ellos, existe un gran número de pequeños distribuidores que hacen posible la venta de las conservas. Como en sus comienzos y fiel a sus principios, la tecnología se usa en su justa medida y sólo en los procesos estrictamente necesarios, dando prioridad al trabajo de unos 45 empleados (casi en su totalidad mujeres) que desarrollan su actividad en más de 1.000 metros cuadrados.
El buque insignia de Conservas Roma S.L. es la sardinilla en tamaño pequeño, pero junto a ella existe una amplia gama de conservas con una preparación selecta de la materia prima única por su sabor y exquisitez. Este pescado y marisco va acompañado, según la elección del consumidor, por aceites de oliva y vegetal, escabeche, salsa de vieira, de tomate, o la gallega. A la ya nombrada sardinilla, la variedad de productos en distintos formatos se extiende a la sardina, aguja, chicharrillo, pulpo, mejillón, zamburiña, caballa, bonito del norte y chipirón. El proceso de fabricación, en casi todos los casos, sigue el mismo patrón: descongelación, baño en salmuera, parrillado, lavado en agua limpia, tostador (que le da un plus de calidad y sabor, no aplicable en la mayoría de las industrias conserveras) y empaque en la lata.
La tradición seguirá perpetuando en el tiempo a medida que las nuevas generaciones vayan tomando el relevo. Esta es la seña de identidad de Conservas Roma S.L. que mira al futuro con un proyecto que tratará de plasmar una nueva línea delicatesen manteniendo la famosa marca “A Churrusquiña”. Querer conservar los procesos para ofrecer la misma calidad es la máxima de una pequeña y sostenible empresa familiar que aún tiene muchas alegrías que dar a sus fieles clientes y a los que están por venir.