Thune Eureka, la industria gallega que interviene en la investigación más relevante de Europa
Su denominación es Fuente Europea de Neutrones por Espalación (European Spallation Source). Se refiere a un centro de investigación que empleará la fuente más potente de neutrones del planeta y se está construyendo en la ciudad sueca de Lund. En el proyecto trabajan trece países europeos entre los que se incluye España, cuya contribución se está canalizando a través de ESS Bilbao, un consorcio para la investigación científica y tecnológica de última generación constituido por los gobiernos de España y el País Vasco. El proceso dispone de un sello gallego que proporciona Vilagarcía de Arousa: la factoría que Thune Eureka posee en el polígono de Bamio.
Desde hace seis años, ESS Bilbao desarrolla una pieza fundamental para esta infraestructura científica, la más relevante que actualmente se está poniendo en marcha en Europa. En este contexto, la espalación consiste en hacer impactar protones acelerados en un bloque rotatorio de wolframio, que se mantiene a baja temperatura gracias al empleo de helio líquido. Los neutrones que así se generan servirán para impulsar la investigación con diferentes materiales, y sus aplicaciones enriquecerán numerosas áreas tecnológicas.
El corazón de este proceso es el blanco de espalación, una estructura vertical de ocho metros de alto —«única en su especie», según sus diseñadores— formada por una unidad motora de la que cuelgan un sello rotatorio, un eje y una rueda. Ese eje en el que se ensambla la rueda del sistema ha sido fabricado en la planta de Thune Eureka a lo largo de los últimos dos años y medio.
Se trata de un componente de siete metros de longitud y medio metro de diámetro, cuya función estriba en conectar el sistema motor con una rueda, de forma que permita transmitir el movimiento, además de la circulación por su interior del helio que refrigera el bloque de wolframio.
El blanco de espalación del que el eje forma parte es el lugar en el que impactan los protones que provienen del acelerador, y es en él donde se generan los neutrones que a continuación se utilizarán en diversos experimentos científicos. Se compone de siete mil ladrillos de wolframio. La rueda, por su parte, tiene una magnitud de once toneladas.
«Es un orgullo trabajar en un proyecto que ampliará los límites conocidos hasta ahora. Desde el equipo de Thune Eureka nos sentimos partícipes del éxito alcanzado, aportando nuestros conocimientos y medios en fabricar un componente que supone un reto mayúsculo, tanto de ingeniería como de fabricación, de alcance mundial», subraya Carlos Bello, el director técnico de la compañía arousana.
Trece países europeos
Mario Pérez es el director ejecutivo de ESS Bilbao, la institución que canaliza todas las contribuciones españolas al proyecto de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación. Pérez destaca «la contribución de los socios industriales AVS, Nortemecánica y Thune Eureka, sin los cuales no hubiese sido posible este componente único en su especie y clave para la construcción» del proyecto conjunto que acabará confluyendo en Suecia.
El papel de la industria vilagarciana no se ha limitado a la fabricación del eje. En las instalaciones de Bamio también se han llevado a cabo las pruebas integradas de todas las piezas del sistema, tanto la unidad motora como el propio eje y la rueda. Una vez finalizada la comprobación, el equipo completo fue enviado a Lund para ser integrado en la fuente europea. Allí, en Suecia, será sometido a una nueva serie de test, cuyo desarrolló exigirá todavía varios meses y el cumplimiento de la normativa en materia de ingeniería nuclear.
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La compañía arousana exporta el 98 % de su producción
Probablemente no haya mejor definición de Thune Eureka que la que ofrecen sus socios en el proyecto del blanco de la fuente de neutrones. «Es un proveedor de servicios completos de fabricación de bienes de capital complejos». ESS Bilbao explica que la compañía arousana dispone de secciones de calderería, soldadura, mecanizado, montaje, integración y pruebas de funcionamiento. Su ventaja competitiva reside en el hecho de que abarca el ciclo completo de fabricación de sus productos, desde la compra de las materias primas hasta la entrega al cliente, pasando por sus fases intermedias y el sometimiento de los equipos a rigurosas pruebas de aceptación.
A punto de cumplir medio siglo de existencia —se instaló en Bamio en 1973— la firma arousana ha protagonizado, en los últimos treinta años, hitos industriales como la fabricación de la caldera del complejo de Sogama, en Cerceda. Y también logros que inciden en la pura supervivencia empresarial, al haber sido capaz de regatear el desplome de la multinacional noruega Kvaerner, a la que pertenecía, y de recuperar su actividad para el capital gallego, de la mano de Manuel García y de su equipo.
Antes de que la pandemia lo distorsionase todo, la compañía fue capaz de facturar 13,4 millones de euros en el ejercicio del 2019, con una plantilla que ronda los setenta empleados. Thune Eureka coloca el 98 % de su producción en países como Noruega, Alemania, China y Estados Unidos. La exportación conforma, junto a la reinversión y a la formación constante de su plantilla, el secreto de su desarrollo.